viernes, febrero 12, 2010

fragmento de la novela "UN MUY LEJANO AYER"

Fragmento de la novela "UN MUY LEJANO AYER"
CAPITULO XII


Pensé que si me movía libremente, daría la impresión de estar aceptando mi cautiverio y caminé despreocupadamente entre la gente acariciando cuanta cabeza pequeña encontraba a mi paso, las que no eran muchas porque la mayoría huía despavorida.

Me dirigí al lugar en que estaban los animales, corrí, abrace y besé a Maliash y a Nel, aún estaban con sus adornos puestos y lucían limpios y lustrosos. Se me acerca un muchacho de unos dieciséis o diecisiete años, me dice en una mezcla de su lengua y la mía que él los está cuidando, que Mahalec le encargó eso y otras cosas. Lo primero, no me lo imaginaba repliqué y lo segundo debe ser espiarme pero no me contestes para que no te mate por delator, continué molesta.

En el acto cambié de actitud, iba a erradicar la rabia, la molestia, el temor y todo lo negativo que me estaba invadiendo e iba a ser yo misma a partir de ése momento. Volví a acariciar a mis animales y me fui directamente al pozo. No sin antes sonreírle al muchacho que no entendía nada.

Era realmente lindo, se le veía tan profundo. ¿De donde vendría, hacia dónde iría? ¿A que profundidad correría? ¿Cómo le llamarían Los Espíritus de la Naturaleza? A ellos les iba a pedir que llenaran el camino de señales, a mi Angel le pediría que me cuidara ahora y en el camino ... a Dios, que me ayudara a ser nuevamente como era antes de abandonar a los míos. Cuando tuve claras mis peticiones las hice de todo corazón comenzando por mi solicitud a Dios y terminando por los Espíritus de la Naturaleza.
La tranquilidad del agua me hizo sentir mejor.

El espía se me acercó para decirme que tenia instrucciones de Mahalec de alistarme cualquiera de sus caballos y acompañarme a pasear si lo deseaba. ¿Que es lo que debo desear el cabalgar o el que me acompañes? Ambas respondió, van unidas. Iba a decir que nó, pero lo pensé mejor y consideré que debía conocer exactamente como entrar a buscar a mis animales y como salir directo sin dar ni media vuelta innecesaria para no ser descubierta en la noche. Acepté, elegí un caballo enorme y hermoso color té con leche, con melena y cola blanca. Era tal su estampa que parecía irreal.

Se llama Viento dijo cuando me lo entregó e iba a ayudarme a montar cuando ya yo estaba lista dando los primeros pasos suaves dándole tiempo a que él ocupara el suyo.
¿Cómo se llama el potro negro de Mahalec? Tormenta del Desierto, dijo todo orgulloso, creí que lo sabias. No estaba segura, respondí. Es el mejor ejemplar que conozco agregó.

¿Cómo te llamas? pregunté. Eli, ¿Quieres galopar? Lo dijo tan seguido que con la dificultad de lenguaje de casualidad no lo asocié con parte del nombre.

Demostró ser un excelente jinete y yo pude lucir mis cualidades. En todo momento me sentí observada. Me atrevo a decir que Mahalec no me pierde de vista. ¡Algo no esta bien! ¡Lo presiento! Tengo que tratar de cabalgar no más de dos horas y volver para recuperar los pergaminos, pensé.

Si pudiera idear algo para que Eli lograra sacar al anciano de su tienda. ¡Allá voy! ¡Plan de acción! ¿Tu crees que logres que Mahalec y su padre conversen largamente sobre mi futuro? Me preocupa saber si van a echarme o dejarme o que sé yo que harán conmigo. Podemos ir juntos si lo prefieres donde Mahalec y se lo sugerimos, respondió.

Mi cerebro registraba cada centímetro cuadrado del terreno, lo sentía al borde de estallar, bullián torrentes de ideas las aceptaba o las descartaba con tal velocidad que no puedo decir que analizaba alguna, no en esos momentos al menos.
¡Nó, nó! Yo ya he causado tantas molestias que tendrías que hacerlo solo ¿podrás?

¡Lo intentaré! Te lo aseguro.

Eli  ¿cómo hacemos para que conversen en el lugar ideal de uno de ellos para que al मेनोस उनो दे लोस hombres esté totalmente relajado y resulte lo mejor para mí?

Eso no es difícil, todas las tardes ellos pasean juntos y revisan su caballeriza privada. Son amantes de los buenos animales sólo compran los mejores, hablan mucho sobre los planes que tienen y todo eso hace que tarden bastante en regresar. Creo que es la mejor noticia que me hayas podido dar, dije sinceramente.

Llegué a mi tienda feliz, aproveché para pedirle a Eli que revisara la alimentación de mis mascotas para lo cual argumenté que Maliash era muy consentido y haría lo mismo con Nel.

Eli se fué y yo entré, solo me faltaba cantar y bailar, todo estaba resultando de maravillas. Pero yo seguía inquieta.

Las Tahinas me esperaban con cara de preocupación. Me esforcé en decirles que no hubiese querido inquietarlas, pero no sé hasta que punto pudieron haber entendido. Al menos la primera sonrió. Me señaló una gruesa manta que había dejado junto a mi cojín preferido, uno color damasco, dormí abrazada a él, su colorido me hacía pensar en mi hogar.

Sin ser sabia, algo me estaba pareciendo muy pero muy extraño, todo me estaba resultando demasiado fácil. ¿Será una trampa de Mahalec? Si lo era, ésta vez tendría que matarme.

Pasaron las horas y Eli vino a avisarme que padre e hijo conversaban camino a la caballeriza y que él le había preguntado a Mahalec por mi suerte y  no le había respondido nada,  por el contrario le había apartado de un suave empujón para luego llamarle y ordenarle que me llevara a escoger una montura para Viento ya que me lo obsequiaba.

Mi primera impresión fue de incertidumbre, la segunda de alegría, la tercera de alerta y la cuarta de pánico. Llévame donde él ahora mismo por favor.

No puedo dijo Eli, no le gusta que lo molesten si él no llama.

No te preocupes chillé yo, tú no lo llamarás, lo haré yo. Tú sólo me llevarás.

Asintió, volvió sobre sus pasos y me hizo seguirle. Lo hice cerca de media hora.

Un poco retirado del poblado aparecía una enorme tienda cobijada por un grupito de palmeras. Eli señaló en ésa dirección y se detuvo, no quiso dar ni un paso más. Pues yo sí me dije y avancé a pasos seguros. Me disponía a entrar sin siquiera avisar cuando siento que me están mirando desde mi izquierda. Mahalec sentado cómodamente apoyado en una palmera me observaba con expresión ausente.

Tenemos que hablar, lancé a quemarropa pero con tanta calma que la sorprendida fui yo y el segundo él.

Ya lo sé, fue su respuesta. Te debo... iba a continuar y yo le interrumpí con un ademán de mis dedos sobre su boca. Nó, no es lo que crees, me debes los pergaminos y mi libertad. Tengo todo listo para escapar y lo haré ésta noche, pero sé que podrías detenerme, matarme y hacer conmigo lo que te plazca, no quiero que hagas nada de ésto. Te vengo a pedir que me dejes partir, y si estoy ahora frente a tí es únicamente porque sospecho que de alguna forma has participado en mis preparativos.

Mahalec intentó hablar nuevamente y yo le pedí que guardara silencio porque no estaba segura de retomar el valor necesario para continuar.

Se mantuvo callado aunque continuaba mirando la arena con una expresión tan vacía o ausente que me hacía sentir dañina.

La prodigiosa ayuda de ésas mujeres, la grata aparición de Eli, el obsequio de Viento, los pergaminos a mi alcance, todo me hace dudar que pueda estar pasando únicamente porque sí, mis palabras se agolpaban por salir. Hice una pausa para respirar profundamente. Creo que de todo esto, lo único que realmente me atribuyo es el haber provocado a tu padre y déjame decirte que fue basado en conversaciones con mi prima Dhara quien es experta en la materia.

Ahora hablo yo, dijo él. ¡No te menosprecies! Sus ojos adquirieron vida pensé yo. Gracias a Dios, ahora sé que tiene algo de humano.

Él continuó, si supieras lo encantado que quedó mi padre no te considerarías para nada una inexperta, todo lo contrario. Harás muy feliz a tu esposo cuando te cases mas adelante. Debes creerme dijo poniéndose de pie y tomando mis dos manos sin descuartizarlas.

Si supieras que "el más adelante" lo tengo en mis narices me dije, pero mi posición altanera no sufrió alteraciones, me encargaba de lucirla cuantas veces pudiera, era la plataforma de mi coraje.








                

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que novela mas chevere e interesante parece ser,imaginate 338 años antes de Cristo,Vamos,¿es increible!quiero lerla,espero que encuentres rapido quien te la publique.
Suerte.
Marcos Arrieta
desde Mexico

auroraroubik@gmail.com dijo...

Marcos:
Te extrañará esto, pero de todas las que he escrito, a "Un muy lejano ayer" le tengo un especial cariño.
Espero publicarla pronto.
Gracias por escribir.
Aurora